Con palabras perfumadas de albahaca y limón,
quisiera vestir unos versos que aromen tu corazón.
Pero las palabras se las lleva el viento
y se difumina el perfume, en las nubes del pensamiento.
Aquí te las dejo por escrito, claras como luz de primavera
donde no llegue la lluvia y pueda mojar mis quimeras.
Son fantasías soñadas en los telares del alma,
que dibujan caricias en mi piel y me quitan la calma.
Dime que te las llevas, y líbrame de este exceso,
que estoy cansada de soñar sueños, con tanto peso.