Dije un día:
Volveré a pensarte
mientras el velo del recuerdo
sea claro como una noche
de luna llena,
mientras el alba cierre la oscuridad
y exista el sueño de las distancias.
Pero cierto es que te pienso
muy de vez en cuando.
Cada vez que me dejo acariciar
por lo que compartíamos
cuando sentados en las aristas del tiempo
elaborábamos un simple proyecto,
a la vez que disfrutábamos
con sugerencias e inventos.
Y aquí estoy, sentada en uno de ellos,
mirando por la ventana,
viendo como los pájaros
vuelan en esta maraña de árboles
en un día claro y cálido
como mi corazón del momento.
Cada vez más cálido mi corazón
por tantos años cumplidos
que la vida nos negó disfrutarlos.
Pero, está repleto de viajeras sensaciones
que van y vienen como
las olas del mar.
Te pensaré siempre
porque me gustan los recuerdos,
aunque mis ojos no sientan
el calor de tu mirada
ni sienta tu aliento.
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