La noche habla querida yo.
La tarde muere
en los brazos de la luna,
y el pensamiento brota como agua
en manantial.
Se disfruta la soledad
cuando el silencio es dueño.
Duermen los pájaros
bajo las estrellas.
Los insectos voladores
están al acecho buscando alimento
en las ventanas abiertas.
Los edificios se apagan,
solo las farolas acompañan a la noche
y regalan su luz a la oscuridad.
Es el silencio que alivia los oídos
de aquel que oye,
al que no sabe callar.
La noche sigue hablando
y yo la escucho.
Susurra en mi interior,
y en el mutismo le contesto
mientras espero el sueño
en una noche de verano.
Hace calor.
Un auto rompe el silencio,
los decibelios de su música
despiertan los sueños
que han comenzado
en la primera vuelta del reloj.
Me asomo a la ventana,
veo la luna
que se desplaza muy lenta
hacia el horizonte
buscando el amanecer,
La tibia noche en flor
cerrará sus pétalos
hasta la próxima luz de las estrellas,
mientras mis pies
comienzan a flotar
en pos de un noche soñadora.