No sé si no encuentro momento
o si estoy distraída.
No está mi pensamiento
donde le gustaba estar.
Se encuentra vagando, y,
se le olvidó buscar renglones
en un espacio vacío
y llenarlo de colores.
Se exprime como un limón
y solo caen palabras
tan vacías como un papel en blanco,
tan desaboridas como un día gris
cuando los matices no se definen.
Tan solitarias como un árbol sin hojas,
como la nieve sin huellas,
como la luna cuando nadie la mira.
Tan, como yo,
que miro la hoja en blanco
y no se que decirle.
Me asomo a la ventana
y el día está tan grisáceo,
que no veo detalle.
La cierro, y percibo
que los detalles están en mi hogar,
donde hay color,
donde hay perfume,
donde no llegan los rumores
ni los vientos que infectan
la vida de malos sabores.
Aquí me quedo,
hasta que las finísimas ala del viento,
traigan un sereno paisaje
de luz y paz,
a este mundo que cada vez
es más sombrío.