Tengo ganas de soltar
palabras al vuelo.
Pero, ¡no tengo!.
¿Será que mis
oídos
oyen pero no escuchan
porque lo que llega
es un eco gastado, sin novedad
oyen pero no escuchan
porque lo que llega
es un eco gastado, sin novedad
y palabras para responder no encuentro?.
¿O será algo más cierto?
Que con la expresión bien,
no me defiendo.
También la imaginación
que antes era como río fluyendo,
se ha escondido allá lejos,
donde no llega ni el viento.
Tengo sueños, lo
sé,
pero se van a la noche
cuando profundamente duermo,
y al despertar, no hay huella,
no hay recuerdo.
cuando profundamente duermo,
y al despertar, no hay huella,
no hay recuerdo.
Me gustan los sueños
despiertos,
los que bailan
suavemente
como las hojas al
viento
y quedan
atrapados,
entre las ganas de
usar los dedos.
Pero, palabras no tengo.
¿Habré perdido la
capacidad
del asombro?
Quizás sí,
pues todo se repite
como el camino de las aspas
en un molino viejo,
y esto me adormece,
y languidezco...
Porque, ¡palabras no tengo!
del asombro?
Quizás sí,
pues todo se repite
como el camino de las aspas
en un molino viejo,
y esto me adormece,
y languidezco...
